Toyota Avensis Cross Sport Active 2.0 D-4D
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Fuente www.km77.com
El Toyota Avensis es una berlina de tamaño medio que está disponible con dos tipos de carrocería, una de cuatro puertas, denominada «Sedán» (galería de imágenes), y otra familiar, llamada «Cross Sport» (galería de imágenes).
Se puede adquirir desde 19.850 € con carrocería de cuatro puertas (todos los precios) y a partir de 23.650 € con carrocería familiar (todos los precios). A diferencia del modelo anterior (más información), no hay una versión de cinco puertas.
Con respecto a éste, tiene nuevos motores y elementos de equipamiento. La calidad aparente sigue siendo uno de sus puntos fuertes y es algo mejor que el anterior a tenor del buen ajuste de las piezas y de su aspecto a la vista y al tacto.
Hay cuatro motores disponibles, dos de gasolina de 132 CV y 147 CV— y dos Diesel — de 126 CV y 150 CV. De esta última potencia hay dos variantes, denominadas «2.2 D-4D» y «D-CAT». La segunda se diferencia porque tiene un dispositivo que reduce los óxidos de nitrógeno que se producen en la combustión.
Todos los motores van asociados a una caja de cambios manual de seis velocidades, aunque los dos más potentes pueden llevar una automática, que puede ser de dos tipos, de variador continuo («Multidrive S») y de convertidor de par («AutoDrive S»).
El Avensis no es de las berlinas más asequibles. Así, por ejemplo, la versión 2.2 D-4D de 150 CV se puede adquirir desde 26.300 €. Es un precio superior al de un SEAT Exeo, un Citroën C5 o un Ford Mondeo, todos ellos con motores Diesel de 140 ó 143 CV (ficha comparativa). Otros modelos como el Peugeot 508 o el Volkswagen Passat, en las versiones Diesel de 140 CV, sí son más costosos que el Avensis (ficha comparativa).
El Avensis es un coche cómodo, aunque quizá no tanto como el modelo precedente —era excepcional en este sentido porque tenía una suspensión más blanda —. Aún así, sigue siendo una berlina adecuada para viajar sintiendo poco el paso de los kilómetros, tanto por la suspensión como por el escaso ruido que llega al interior. Una clara ventaja del Avensis respecto a muchas berlinas de su tamaño o superior, como un Mondeo o un C5, es que necesita menos espacio para maniobrar, algo que se nota especialmente en ciudad (más impresiones de conducción) y en el momento de aparcar.
Hemos probado en profundidad las dos versiones más potentes —2.2 D-4D de 150 CV y 1.8 VVT-i de 147 CV—, ambas con cambio manual. Es preferible la primera de ellas porque su motor tiene mucha más fuerza y también porque su consumo de combustible es más bajo. Aunque no hemos medido la capacidad de aceleración del Diesel de 126 CV, es muy probable que también sea más veloz que el gasolina de 147 CV.
Cualquiera de las dos variantes Diesel tienen un funcionamiento muy agradable por varias razones: son silenciosas, tienen buena respuesta al acelerador y a diferencia de ciertos vehículos con motor turbodiésel, no les cuesta salir desde parado o subir la rampa de un garaje cuando está frío.
El motor de gasolina de 147 CV solo es satisfactorio por su suavidad de funcionamiento. No lo es por su falta de fuerza. Al menos, el consumo no es alto si se conduce con suavidad (más información).
Habitáculo y equipamiento
El interior del Avensis es espacioso para cuatro ocupantes y para cinco es mejor que muchos porque la zona de los pies de la plaza central trasera no tiene una protuberancia.
Los asientos delanteros sujetan poco. En este sentido son mejores los de un Honda Accord, un Volkswagen Passat o un Opel Insignia, por ejemplo. También nos parece mejorable que los reposacabezas de las plazas traseras quedan bajos para adultos de talla normal.
El maletero de la variante de cuatro puertas tiene una capacidad de 509 litros —543 litros en la versión familiar «Cross Sport»—, con una boca de carga grande para tratarse de un vehículo sin portón trasero.
El Avensis está disponible con tres niveles de equipamiento: «Active», «Advance» y «Premium». Todas las versiones llevan de serie siete airbags —incluido uno para las rodillas del conductor—, control de estabilidad, faros antiniebla, programador de velocidad, freno de estacionamiento eléctrico, climatizador de dos zonas y llantas de aleación de 16 pulgadas, entre otros elementos (fichas de equipamiento Avensis Sedán y fichas de equipamiento Avensis Cross Sport).
Algunos elementos opcionales más o menos novedosos sólo están disponibles en las versiones «Premium», como un programador de velocidad activo («ACC») mediante radar, un sistema de protección previa a la colisión («PCS»), un dispositivo de alerta por cambio involuntario de carril («LDW») y otro de mantenimiento dentro del carril («LKA»), que mueve la dirección de forma ligera cuando el coche está a punto de salirse del carril por el que circula.
Nos ha parecido que los faros de doble xenón con iluminación adaptativa («AFS»), opcionales o de serie en función de la versión, dan una iluminación pobre, por ejemplo en comparación con la que da un Opel Insignia con el mismo tipo de faros. También es regular la iluminación de los faros de serie con bombilla halógena.
Precio del seguro y otros detalles
Asegurar a todo riesgo un Avensis 2.2 D-4D de 150 CV con cambio manual y el nivel de equipamiento «Premium» para un conductor de 45 años con 25 años de carné y seis años sin siniestros, que resida en Valencia, realice hasta 25.000 km anuales y estacione en un garaje comunitario tiene un coste de 746 € con Línea Directa, la compañía de mejor relación calidad-precio —7,38 sobre 10— según nuestro comparador de seguros. Además, es la póliza más asequible. Si se prefiere un seguro a todo riesgo con franquicia, la mejor opción es Direct Seguros: 401 € con una franquicia de 250 €.
Esta es la tercera generación del Avensis. La primera llegó al mercado en 1997 (más información) —reemplazó al Toyota Carina—. La segunda generación (más información) estuvo disponible entre 2003 y 2009, con una ligera actualización en 2007 (más información).
El Avensis se fabrica en la planta que Toyota tiene en Burnaston (Reino Unido). Los motores de gasolina se ensamblan en la fábrica de Deeside (Reino Unido), mientras que los Diesel y la transmisión automática de seis velocidades «AudoDrive S» se construyen la planta de Walbrzych (Polonia).
El Toyota Avensis es espacioso para cuatro ocupantes. Tres adultos no viajarán cómodos en las plazas posteriores porque el asiento central es estrecho y está ligeramente más alto que los otros dos. Sin embargo, esa plaza me parece mejor que la de otras muchas berlinas porque la zona para los pies está completamente plana, sin protuberancias (imagen).
Las plazas traseras no son del todo adecuadas para personas de más de 1,80 m porque rozarán con la cabeza en el tapizado del techo y porque los reposacabezas tienen una regulación insuficiente en altura (imagen), por lo que quedan mal colocados.
Con los asientos nos ha ocurrido algo no del todo infrecuente; con el paso de los kilómetros y de los días, nos hemos ido sintiendo cada vez más cómodos sobre ellos. En todo caso, no los hemos encontrado perfectos porque tienen un mullido algo blando, dan poca sujeción y tienen un soporte lumbar algo prominente. Hay coches en cuyos asientos uno se siente perfectamente adaptado y recogido desde un principio, algo que no sucede en el Avensis.
Es sencillo encontrar una cómoda posición de conducción gracias a los reglajes del asiento y el volante. La visibilidad es buena en todos los ángulos. Por ejemplo, hacia atrás, se ve mucho mejor que en un Ford Mondeo. Los espejos retrovisores exteriores son grandes y dan un ángulo de visión amplio.
La información que tiene el conductor es algo escasa. Hemos echado en falta que en la pantalla que hay entre el velocímetro y el cuentarrevoluciones (imagen) se pueda ver información de la radio o un resumen de la información del navegador. Estas informaciones sólo aparecen en la pantalla de la consola (imagen), que queda un poco alejada de la vista. Además, el ordenador de viaje sólo incluye un recorrido parcial —lo normal son dos—.
El Avensis tiene algunas carencias de equipamiento. Tiene freno de mano eléctrico, pero Toyota no ha aprovechado todas sus posibilidades, pues cuando se apaga el motor hay que conectarlo manualmente, igual que en los tradicionales de accionamiento por palanca. Otra carencia es que no se puede variar la sensibilidad de la conexión automática de luces: a veces se apagan cuando la luz todavía es insuficiente para ser vistos perfectamente.
El climatizador funciona muy bien porque es capaz de mantener una temperatura agradable en el interior generando poco ruido y sin corrientes, pero cuando el coche se arranca frío, tarda mucho tiempo en comenzar a caldear el habitáculo —es algo que le ocurre a muchos vehículos—.
Nos parece un fallo que las plazas delanteras no tengan luz de lectura. Tienen un plafón de iluminación, pero no proyecta un haz —por ejemplo para que el pasajero pueda consultar un mapa durante la noche sin molestar al conductor—. Es una luz meramente ambiental.
Al margen de que el interior del Avensis tenga más o menos aspecto moderno —a varios pasajeros les ha parecido que su diseño es tradicional—, el tipo de materiales que tiene y su ajuste es notable.
No sólo es una sensación a la vista o al tacto; cuando se rueda por carreteras descarnadas, el Avensis es de esos coches que no tienen ruidos procedentes de diversas partes del interior, es como si todo estuviese perfectamente ensamblado.
El cuidado por el detalle también se aprecia en que la guantera está perfectamente tapizada con un material similar al terciopelo (imagen) y en que muchos de los recovecos para depositar objetos tienen un fondo de goma, que impide que se mueva, se dañe y haga ruido lo que ahí se deposita.
El interior tiene muchos huecos para dejar objetos. Como tiene freno de mano eléctrico, que se acciona mediante un botón situado justo delante de la rodilla izquierda del conductor, todo el sitio que hay entre los asientos ha sido dedicado a zonas de almacenaje, muy útiles. Hay una consola entre los asientos, muy grande, con varias alturas (imagen) donde cabe casi todo lo que el conductor y el pasajero suelen llevar en los bolsillos. También viene muy bien el pequeño cajón con tapa corredera que hay justo delante para guardar, por ejemplo, el mando a distancia del garaje y las llaves
Tiene una capacidad de 509 litros, un volumen inferior al de un Volkswagen Passat (565 litros) o un Ford Mondeo (540 litros), y superior al de un Honda Accord (460 litros) o un Renault Laguna (450 litros).
La capacidad de carga del Avensis se puede incrementar reclinando los respaldos de los asientos posteriores. En este caso, no queda un fondo plano sino que hay un pequeño escalón entre el piso del maletero y el tapizado de los respaldos (imagen).
El maletero tiene formas regulares que facilitan la colocación de los objetos a transportar, salvo en la zona más cercana a la boca de carga —hay unos salientes que pueden impedir la correcta ubicación de aquellos que tengan forma cuadrada o rectangular—. No hay que elevar muchos los objetos que se quieran depositar en su interior porque el borde de carga no queda alto (mediciones del maletero).
A pesar de que no hay cajones para dejar pequeños objetos, sí hay algo de espacio bajo el piso del maletero, justo por encima de la rueda de repuesto (imagen). Ésta es de emergencia, más pequeña que las otras cuatro (imagen). Además, hay una cinta con velcro en la parte izquierda (imagen), útil para sujetar una bolsa de herramientas, por ejemplo. También hay cuatro argollas en las que se pueden colocar unos pulpos o unas cintas elásticas para asegurar la carga.
La tapa del maletero se abre con facilidad, aunque el cierre requiere algo de fuerza. Al menos, no queda alta y tiene un tirador que facilita la operación.
La sensación que nos ha dejado el Avensis es que su nivel de seguridad activa es muy elevado porque, incluso en condiciones muy adversas, reacciona de una manera especialmente suave. Para que se den las circunstancias que originen un movimiento brusco, hay que cometer un error muy grande.
Lo que no tiene es la agilidad de reacciones de un Honda Accord, un Ford Mondeo o, especialmente, un Mazda6, que tienen mayor facilidad que el Avensis para seguir la trayectoria marcada con el volante y responden de una manera más viva. De hecho, en el Avensis, cuando se trata de ir muy rápido por zonas de curvas, es de esos coches en los que hay que anticipar algo el giro, pero una vez que está apoyado es poco probable que pierda la trayectoria. Como transmite confianza al conductor, puede ser preferible a ciertos coches más ágiles a la entrada de la curva, pero que una vez en ella son más sensibles a las irregularidades, como un Opel Insignia.
En carreteras rápidas, como autopistas o autovías, va muy bien. De hecho no encuentro diferencias del Avensis respecto a otros coches de mayor tamaño y mayor batalla —como un Ford Mondeo—, a priori características que influyen en una estabilidad lineal superior.
La suspensión está muy bien puesta a punto porque, sin ser excesivamente blanda —la carrocería no balancea mucho, ni cabecea—, aísla convenientemente de todo tipo de irregularidades, de las que sacuden con rapidez la rueda, como por ejemplo una junta de dilatación o un resalto de los que sirven para limitar la velocidad, frecuentes en zonas urbanas, y de las que generan un movimiento lento.
2.2 D-4D 150 CV
El Avensis con el motor Diesel más potente tiene un funcionamiento muy bueno entendiendo por ello que vibra poco y da la fuerza de una manera progresiva; no es de esos motores turbodiésel que dan un empujón notable a medio régimen.
No gasta muy poco; la diferencia es apreciable respecto a los coches similares más económicos de consumo, como un BMW 318d o un Volkswagen Passat 2.0 TDI 140 CV. En un recorrido de consumo, por autovía y de unos 150 km, para hacer una media próxima a 128 km/h, gastó 6,6 l/100 km. Un buen dato para una berlina turbodiésel de esta potencia está sobre 6,0 l/100 km.
Tampoco es veloz para su potencia. De hecho, según nuestras mediciones, ha acelerado prácticamente como una berlina turbodiésel de unos 130-140 CV, no como una de 150 CV (prestaciones).
Con este motor el Avensis no es veloz y su consumo es nomal, no bajo. Puede acelerar lo suficiente para viajar con soltura, pero para ello es necesario utilizar con frecuencia el cambio de marchas y llevar el motor alto de vueltas. Hay que utilizar con frecuencia el cambio de marchas por dos razones: porque el motor tiene poca fuerza y porque los desarrollos de transmisión son largos.
En autopistas y autovías, circulando a unos 120 km/h en sexta velocidad, sea necesario reducir una o dos relaciones cuando se llega a un tramo de pendiente pronunciada si no se quiere perder velocidad. También sucede en llano si es necesario realizar un adelantamiento en poco espacio.
Aunque cuando se lleva el motor hasta su límite puede dar una aceleración correcta, hay otros coches de sus características que son claramente más rápidos en las mismas circunstancias. Así, según nuestras mediciones, esta versión acelera peor que un SEAT Exeo con el motor 1.8 TSI de 120 CV — que tiene 27 CV menos—.
Si se puede prescindir de una aceleración contundente, el Avensis de gasolina de 147 CV puede ser muy agradable porque su funcionamiento es muy suave y silencioso.
En nuestro recorrido de consumo (un recorrido de ida y vuelta por autopista con fuertes pendientes y a una media real de 120 km/h) gastó 7,7 l/100 km. Es un dato normal dado el peso y la potencia de esta versión del Avensis.
La caja de cambios manual de seis velocidades tiene muy buen tacto. Los recorridos de la palanca no son cortos pero sí están muy bien guiados. Todas las marchas entran con suavidad y facilidad.
El funcionamiento del programador de velocidad no nos ha parecido bueno. En una fuerte pendiente, circulando con el programador de velocidad activado, éste se desconecta automáticamente porque el coche no es capaz por sí solo de mantener la velocidad seleccionada. Así nos sucedió subiendo el Puerto de Somosierra (Madrid) en sexta velocidad y con el programador fijado en 130 km/h. Como en esa marcha el motor no podía mantener la velocidad de crucero seleccionada, el programador se desconectó antes de que redujésemos a quinta y a cuarta relación. Nos sucedió en dos tramos diferentes de la ascensión.
2.0 D-4D 126 CV
De forma breve, también hemos podido conducir el Avensis Diesel de 126 CV con transmisión automática «Multidrive S». En combinación con este motor, el Avensis también es silencioso. Nos ha gustado el cambio automático «Multidrive S» (de variador continuo). Es una transmisión suficientemente rápida cuando funciona por sí sola y, cuando se usa de forma manual, modifica el desarrollo con suavidad. En el modo automático es habitual ver al motor funcionando a menos de 1.800 rpm. Tiene un programa deportivo, seleccionable desde un pulsador, con el que el variador trabaja con desarrollos más cortos.
El Avensis está disponible con cuatro motores, dos de gasolina y dos Diesel.
De gasolina, hay un 1.6 VVT-i de 132 CV —8 CV más que el motor que llevaba el modelo anterior—. Lleva un nuevo sistema de distribución variable (alzado de válvulas), denominado «Valvematic». Gasta 6,5 l/100 km, menos que el Auris con el mismo motor cuando este último es un coche más ligero que el Avensis (ficha comparativa). También hay un 1.8 VVT-i de 147 CV.
El Avensis Diesel con cambio manual está disponible en combinación con dos motores: 2.0 D-4D de 126 CV y 2.2 D-4D de 150 CV. El motor que tiene el Avensis Diesel con cambio automático «AutoDrive S» —2.2 D-CAT de 150 CV— es diferente al que tiene la versión de idéntica potencia y cambio manual. La mayor diferencia entre ambos radica en el sistema de descontaminación: 2.2 D-CAT tiene un dispositivo que reduce los óxidos de nitrógeno que se producen en la combustión.
Hay tres tipos de cajas de cambio disponibles. Una manual de seis velocidades, una automática de variador continuo («Multidrive S») con siete relaciones prefijadas y otra automática de convertidor de par («Autodrive S»). Ésta tiene levas tras el volante (imagen) —el «Multidrive S» no las lleva—.
El Avensis de cuatro puertas mide 4.695 mm de largo, 1.810 mm de ancho y 1.480 mm de alto. El Cross Sport mide 4.765 mm de longitud. Con ambas carrocerías, la batalla se mantiene en 2.700 mm. Respecto al anterior Avensis, las vías aumentan: 30 mm la delantera y 45 mm la trasera
El coeficiente aerodinámico es 0,28 en la berlina y 0,29 en el familiar. Ambos son buenos datos.
La suspensión es independiente, de tipo McPherson en las ruedas delanteras y de doble triángulo en las traseras. Las barras estabilizadoras son más rígidas que en el modelo precedente, un 35% la delantera y un 20% la trasera.
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